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Tercera edición de Concurso de Relatos Cortos 2.0 de la Concejalía de Juventud e Infancia

Tercera edición de Concurso de Relatos Cortos 2.0 de la Concejalía de Juventud e Infancia

Marcos se encontraba mirando su reflejo, con la frente apoyada en el cristal de la ventana de su habitación. Hacía dos días que ya no estaba junto a María y desde entonces Marcos apenas había salido de casa. María no había sido su primera novia, sin embargo, le había dejado una profunda huella en los últimos meses, que en los últimos días había tornado en una sensación de soledad y vacío. Por ella había renunciado a salir con amigos, a salir por las noches y hasta a dejarse barba. Ahora, con la mirada perdida, recordaba momentos vividos con ella, como las tardes de paseo en el parque de la Solidaridad, que ahora se dibujaba en la oscuridad de la noche. Decidido a no dejarse abatir por los recuerdos, se puso la chaqueta y salió a dar un paseo.

Le encantaba la noche fuenlabreña, tranquila y a la vez llena de vida. Por eso le gustaba pasear a esas horas y disfrutar de la ciudad que le había visto crecer; su casa. Estaba sentado en un banco en medio de un parque recordando aquella vez que se cayó del columpio que tenía enfrente, cuando alguien le tocó el brazo a su espalda. Era Paula, su mejor amiga pero a la que apenas había visto en los últimos meses porque María no quería tenerla cerca. “No me gusta cómo me mira” solía decirle.

– Hola Marcos, ¿cómo estás? – le preguntó dulcemente – Hacía mucho que no te veía – le dijo sonriéndole. 

Marcos se limitó a sonreírle, y tras una breve charla se fueron a tomar algo juntos. Decidieron ir al bar de siempre y sentarse en la mesa de siempre. Era agradable volver a hacer algo tan rutinario y a la vez tan olvidado en esos momentos en su memoria. A pesar de que, en ese momento Paula fuese de los pocos amigos que le quedasen. Sinceramente, María había sido como una especie de tumor para sus amistades, pero Paula, aunque distante, siempre había intentado mantener el contacto. Charla tras charla, caña tras caña, Marcos comenzó a sentir una sensación extraña, como un despertar dentro de su ser. Tras mucho tiempo dormido volvía a sentirse el mismo. Cuando regresó a casa volvió a mirar por la ventana, pero ahora su reflejo era distinto, se veía fuerte y seguro. “Saldré de ésta, no estaré solo mucho tiempo”, pensaba mientras se acercaba al escritorio y tomaba su teléfono móvil. “Sólo espero no tener que acabar con otra María” continuó meditando mientras borraba el número de María con una sonrisa en los labios.

Un Comentario por el momento.

  1. PedroBandini dice:

    Es el más votado de momento y es malísimo. Las ideas son pobres y la escritura de puta pena. No sé si este concurso funciona por amistades que votan o por talento, pero es pésimo.