JuventudFuenla

Era un día de verano como otro cualquiera, mientras mi abuela encendía su ordenador, yo vislumbraba las baratijas y libros viejos que había en el salón. Cuando  me quise dar cuenta, mi abuela ya estaba en facebook. Me temblaban las manos, el sudor recorría mi frente, pero mi abuela estaba lista y empezó a teclear su correo en la casilla adecuada. (Continua leyendo…)

De repente  una de las vecinas más cotillas, llamó a la puerta y con una rapidez inhumana, las dos ya charlaban en la cocina con café en mano sobre los chismes del vecindario. Me desanimé de tanto esperarla y al final, me despedí de ellas dos.

Cuando me quise dar cuenta, ya estaba en casa hundida por no haber podido encomendar mi cometido, de repente, una petición de amistad me llegó. Era mi abuela, lo había hecho ella sola. Al final me dio una lección, los ancianos son más inteligentes de lo que nosotros creemos y los jóvenes a veces, no somos tan sabios como intentamos aparentar.

Categorías: I Concurso Relatos 2.0

4 Comentarios por el momento.

  1. jose tris dice:

    suerte !! 🙂

  2. ainhoa dice:

    el mejor por supuestoooo sin duda se merece ganar

  3. laura dice:

    🙂 🙂 🙂 🙂 ¡MUCHA SUERTE!