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¿Es necesario decir que los jóvenes están cada vez menos cualificados para la vida laboral? La respuesta es que sí. (Continúa leyendo…)
Muchos jóvenes renuncian a estudiar a muy temprana edad y,por lo tanto,no llegan a tener suficiente cualificación. Ese es el motivo por el cual estos jóvenes ni estudien ni trabajen, ya que el paro aumenta y no hay trabajo hasta para los que tienen título universitario.
Pero la verdad de todo esto es que hay adolescentes jóvenes, pocos,sí, pero con el ánimo de poder salir de este estado de decadencia. Hablo de personas con ideas innovadoras, con altas expectativas y que trabajan duramente. Es triste pensar como la mayoría de estos mudan a otros países en busca de trabajo o de mejores salidas. Ven España con un sumidero, donde todo el capital y dinero que la mantiene en flote, cae, y se pierde. Aunque hay algunos que intentan subir, con el sudor en la frente, a colocarse en lo más alto y rescatar a los que caen.
Si una cosa he aprendido durante mis años de estudio en la ESO, es que estudiar no es cosa de que te guste o no, es el único kit de supervivencia que tenemos cada uno, llamémosle así. Nadie va a usar por ahora su kit, su oportunidad, para rescatar a otros, y si llega el momento de hacerlo, será cuando esta persona tenga suficientes recursos para hacerlo. Durante el trayecto hay que esforzarse día a día. Los que dejan de estudiar, se tiran de cabeza al fondo del desagüe. Y es bien cierto que una humanidad sin estudios es más fácil de engañar que una con cualificación.
Es muy gracioso para algunas personas ver como estos jóvenes estudian día a día, noche tras noche, sin apenas descanso, mientras que ellos festejan con botellones y fiestas no sé qué. Y muchas veces se nos pasa por la cabeza la idea de pensar como en un futuro esto se invierta: que los jóvenes emprendedores festejen su duro esfuerzo, mientras los demás estudien para poder sacarse  por lo menos el grado de la ESO,ya que sin él no podrán hacer nada. Y a todo esto yo digo: si no se quiere estudiar, ¡Que se pase la oportunidad a otros desafortunados con ganas de cambiar el país!  eso sí, sin volver a reclamarla.
No quería concluir sin nombrar a aquellos jóvenes de la generación sí-sí. En los cuales me incluyo, e incluyo a todos los que se esfuerzan y contemplan, exhaustos, como su trabajo empieza a dar frutos. El futuro recae sobre nuestras manos, y vemos que estamos preparados.