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Un día, una maestra recibió una llamada de rutina pidiéndole que visitara a un niño en el hospital. Tomó el nombre del niño y el número de la habitación. (Continúa leyendo…)
Cuando la maestra llegó a la habitación del niño se dio cuenta de que se hallaba ubicada en la unidad de quemados del hospital.
Antes de entrar, le dijeron que no tocara al niño ni la cama. Podía mantenerse cerca pero debía hablar a través de la máscara que estaba obligada a usar.
Cuando por fin terminó de lavarse y se vistió con las ropas prescritas, respiró hondo y entró en la habitación. El niño, horriblemente quemado, sufría mucho. La maestra se sintió incómoda y no sabía qué decir. Por fin pudo hablar:
-Soy la maestra del hospital y me mandaron para que te ayudara con los sustantivos y los adverbios.
Al terminar, le pareció que no fue una de sus mejores clases.
A la mañana siguiente, cuando volvió, una enfermera de la unidad de quemados la preguntó:
-¿Qué ocurrió ayer? Estábamos preocupados por él, pero desde que vino usted, su actitud cambió. Está luchando y responde al tratamiento….
Llena de felicidad, la maestra corrió a la habitación del niño para hablar con el.
El niño explicó, que había perdido completamente la esperanza y sentía que iba a morir, hasta que la vio a ella. Sintiendo como aún podía ser como un niño normal. Explicaba con lágrimas de felicidad en los ojos el niño que tan gravemente quemado había dejado de lado toda esperanza.
El niño se fue haciendo mayor y aun con las marcas de quemaduras llego a la universidad. Mientras estudiaba, trabajaba para pagar sus estudios para conseguir su sueño, la carrera de medicina intensivista (Cuidados intensivos).
Con 45 años de edad fue premiado por ser el mejor medico intensivista del mundo y se le otorgó el Premio Nobel de medicina.
La esperanza al sentirte como una persona normal, las ganas de luchar por todo lo que quieres y superar todos los obstáculos, es lo que nos hace ser humanos.

Un Comentario por el momento.

  1. […] La ganadora del concurso, que obtuvo como premio una tablet, fue la joven fuenlabreña Carolina Mercado con el relato La realidad de Sylvia y los cuatro finalistas fueron, por este orden, Patricia Fernández con el relato En busca de la verdad, Silvia Nieto con el relato Alma de palabra, Sergio González por El único dueño de mi futuro soy yo y por último Alejandro del Moral con el relato El obstáculo de la superación. […]