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Paseaba por las calles, ahí estaba, el comedor social. Me conocían desde hace unos años atrás cuando estudiaba cuarto o primero de bachillerato. (Continúa Leyendo…) Ayude con la comida; repartí alimento y ofrecí sonrisas y ayuda emocional a aquellos que estaban derrumbados por su situación. Al fondo observe a un chico, doce o trece años. Me dirigí a él. Estaba leyendo. Buen autor le dije señalando el libro. No contesto, se limito a mirar sus páginas. ¿Qué te parece el libro? ¿Esta interesante? Insistí. Su mirada inundada de tristeza se clavo en mí y unas palabras de su tierna boca me abrumaron. No sé leer. Me senté a su lado y cogí el libro entre mis manos. Comencé a leer. Me quede allí con él hasta las doce de la noche, hasta que finalice el libro de una considerable extensión. ¿Te gusto?  Pregunte agarrándole de la mano. Sí, contesto con un cierto acento. ¿Por qué no sabes leer? Tuve que preguntarle.”Vengo un país nórdico, mis padre no podrían pagarme escuela” Respondió con un español pobre. Ese día cambiaría su vida. Me dedicaría todas las tardes después de estudiar a ayudarle para que se sacara el graduado escolar.

Yo ya me había sacado mi carrera y me habían ofrecido un trabajo en el Cern como física, así que la misma tarde que me llamaron para informarme de la oferta fui a ver a Lucas. Estaba sentado al final, como todos los días con sus libros preparados y unas entusiasmadas ganas de empezar, pero esta tarde no sería así.”¿Qué hoy haremos?” El verbo siempre delante del sujeto; y Lucas…  Paré ahí, no sabía como decírselo. ¿Si?. Hoy no podremos dar nada. Me han ofrecido un trabajo en Andorra ¿Sabes donde esta? Seguro que si, te lo enseñe hace un par de semanas. Tengo que irme pasado mañana, venía a despedirme. Me abrazo. Pude escuchar un leve lloro en mi hombro. Sigue estudiando, llegaras alto.

Veinticinco años han pasado desde aquello. Vivo en Andorra con un trabajo fijo, soy una de las físicas más importantes de España. Preparo la comida mientras mis hijas juguetean. Pongo la televisión con la expectativa de poder ver algo interesante en ella. Sigo sumergida en los pucheros de mi cocina cuando escucho algo en las noticias “El presidente de Lituania ha venido a España este fin de semana para…”
Era él, Lucas. Aquel chico que con esfuerzo y dedicación, consiguió triunfar en la vida.