
Existe un pequeño pueblo de labriegos donde unas cuantas familias vivían con humildad, y que por orden de los reyes católicos se les mandó a cultivar. Con cientos de motes se hacían llamar y muchas familias aquí hicieron amistad. Seres con vida viviendo en libertad. Los grandes campos bañaban a esa localidad. Iban a saciar su sed a una fuente labrada a cal y canto por los moros de la antigüedad. Lo comentaron dos jornaleros a Felipe II, elegidos al azar, por lo que dieron nombre a esa joven arrabal. Fuenlabrada fue la primera tierra en que pisara Don Juan [ Read More ]