Entregamos el trabajo de fin de curso Juan, Elena y yo. Todo el éxito de la mención de honor se concentró en la hora que duró la fiesta de entrega de diplomas. (Continúa leyendo)
Cuando estoy en la red pierdo parte de mi identidad para convertirme en alguien anónimo, mezclado entre una masa de personas anónimas pero con el mismo fin, poder viajar sin moverte del sofá. Es algo mágico, puedes descubrir rincones que nunca imaginaste pero que alguna vez soñaste. (Continua leyendo…)
Era un día de verano como otro cualquiera, mientras mi abuela encendía su ordenador, yo vislumbraba las baratijas y libros viejos que había en el salón. Cuando me quise dar cuenta, mi abuela ya estaba en facebook. Me temblaban las manos, el sudor recorría mi frente, pero mi abuela estaba lista y empezó a teclear su correo en la casilla adecuada. (Continua leyendo…)
La madrugada se asoma por la ventana. El impávido silencio que acompaña a la noche, envuelve las paredes de mi casa, deteniéndose en un monitor que da vida a mi ordenador, y del que proceden unas silenciosas voces, que se agolpan ansiosas en sus entrañas, demandando mi somnolienta atención. (Continua Leyendo…)
Estoy preocupada, conozco a mi hermana y ella es de las que piensan que Internet y el ordenador son inventos que te absorben el tiempo. Antes. Siempre era yo quien lo usaba, pero últimamente, es ella la que se ha enganchado. Llega del instituto y a penas come por encender el ordenador; la han quedado tres y eso no es propio de ella.